La Paz - 26 de Marzo de 2015 | Unidad de Comunicación
La leche materna es la opción más segura para inmunizar al recién nacido, además de contribuir con su desarrollo físico y mental, proporcionándole una serie de minerales, vitaminas, proteínas que lo protegen de una serie de infecciones, bacterias que podrían alterar su crecimiento y el buen desarrollo de sus órganos.
"Para los bebés es más fácil digerir la leche materna que la de fórmula, puesto que es limpia, liviana, y la más barata. Los alimentos sólidos no remplazan de ninguna manera a la leche materna, por ello lo más recomendable es amantar hasta el primer año de vida, para complementar posteriormente la alimentación con papillas, verduras, cereales y carnes", informó la Dra. Evelyn Cerruto Responsable de la Unidad de Alimentación y Nutrición del Ministerio de Salud.
Considerada el mejor alimento para el infante, la leche materna suministra dos hormonas que son la prolactina y la oxitocina coadyuvando la producción de la leche y estimulando la secreción, correspondientemente; su composición varía de acuerdo a la etapa de lactancia: calostro, leche de transición, leche madura.
El calostro, conocido como "el oro líquido", es un líquido amarillento espeso que permite disminuir riesgo de que el bebé contraiga algunos virus, enfermedades parasitarias, enfermedades infecciosas, y enfermedades diarreicas.
La leche materna, se caracteriza por contener 88% de agua, proteínas, 40% de caseína, mucinas y nitrógeno no proteico y cambia con el tiempo para satisfacer las necesidades del bebé, la cual empieza a producirse entre los tres a cinco días después del parto, con la cantidad exacta de grasa, azúcar, agua y proteínas que necesita el bebé.
